El Hombre y la Tierra
Las relaciones vitales Hombre-Tierra analizadas desde un punto de vista crítico
DEMOGRAFÍA
La presión demográfica - 3ª parte
La densidad de población
a densidad de población es un factor de notable impacto en el medio ambiente. Las poblaciones dispersas, rurales o poco concentradas suelen carecer de los sistemas e infraestructuras típicas de las ciudades modernas, motivo por el que su influencia o daños al medio ambiente se materializa a un nivel poco destacable.
Las poblaciones densas, por el contrario, generan grandes cantidades de residuos que si son vertidos a los ríos pueden producir una fácil contaminación, que se torna más rápida cuanto más dificultades tenga el sistema fluvial para regenerarse, ejemplo de los lagos y mares interiores.
Las poblaciones densas generan grandes cantidades de residuos, que si son vertidos a los ríos pueden producir una fácil contaminación
Los acuíferos y reservas de agua también son bienes públicos amenazados por el factor del crecimiento poblacional, que se agravan cuando se unen otros factores conexos con la población, ejemplo de la contaminación por industria, demanda excesiva de recursos del bosque, pesca incontrolada o indiscriminada, mala gestión forestal o medioambiental, etc.
El impacto tiene efectos más intensos en aquellos lugares donde se asientan las poblaciones humanas más densas, que son generalmente las zonas costeras. El resultado de este impacto en el medio ambiente próximo a las zonas más pobladas, es que muchos pantanos, humedales y arrecifes coralinos están seriamente amenazados.
La velocidad de cambio de la población
La velocidad del aumento demográfico es otro factor que tiene efecto en el medio ambiente y en las ciudades. Las poblaciones urbanas, especialmente en los países subdesarrollados, tienden a crecer a velocidades muy superiores a como ocurre en las zonas rurales; se estima que el ritmo de crecimiento actual en las zonas urbanas de los países menos desarrollados alcanza el 400% con respecto a las rurales, esto implica que en pocas décadas el 50% de la población mundial habitará en densos núcleos urbanos.
Las poblaciones urbanas, especialmente en los países subdesarrollados, tienden a crecer a velocidades muy superiores a como ocurre en las zonas rurales