GEOGRAFÍA - PAÍSES: Israel - 3ª parte
Natureduca: Naturaleza educativa
 Menú principal - Índice principal Menú rápido - Índice rápido Contacto Buscar artículos aquí 11 usuarios conectados

 

/natureduca/geografia-paises-israel-03

Geografía

PAÍSES

Israel - 3ª parte


1 2 3 4 5

Historia: hasta la II Guerra Mundial

letra capitular El pueblo semítico y seminómada que habitó los territorios llamados por el Antiguo Testamento la tierra prometida, situados entre Siria y el sur de Palestina, adquirió su identidad hebrea con Abraham en el segundo milenio antes de la era cristiana.

En el s. XII a C los hebreos formaron una confederación de tribus cuyo núcleo en el N fue Israel y en el S, Judá. El rey David, tras expulsar a los filisteos de la llanura costera de Palestina, impuso una monarquía unitaria en el s. XI y estableció la capital en Jerusalén, extendiendo sus dominios desde el Éufrates hasta el golfo de Akaba, lo que permitió a la joven nación alcanzar su máximo esplendor.

El hijo de David, el sabio y poderoso Salomón, mandó construir el gran templo de Jerusalén y consolidó la paz, pero a su muerte, ocurrida en el 933, las tribus se dividieron y constituyeron los reinos de Israel y Judá, que lucharon entre sí por la hegemonía. Los asirios conquistaron Judá en el 722 y Nabucodonosor destruyó Jerusalén en el 587, llevando cautiva a Babilonia a gran parte del pueblo israelita. Posteriormente el territorio fue dominado por persas, macedonios y seléucidas, y las tradiciones judías fueron penetradas por la cultura helenística.

En el s. II, tras la sublevación de los macabeos, se formó un Estado independiente y teocrático, pero las disensiones internas provocaron la intervención de Roma, que en el año 70 de la era cristiana decretó la expulsión de los judíos de Palestina y su dispersión por el Imperio romano, negándoles el derecho a regresar a Jerusalén (la diáspora). En los siglos posteriores, bizantinos, persas, árabes, cruzados, mamelucos, otomanos y británicos ocuparon sucesivamente Palestina. El anhelo por regresar a la tierra de promisión, junto con la determinación de luchar por su existencia, fue una constante en este pueblo que vivió disperso durante casi dos mil años, sin un Estado propio.

Durante el s. XIX, en la diáspora se sucedieron los intentos de crear una nación hebrea, y ya en 1882 numerosos jóvenes judíos, pertenecientes al grupo denominado Amantes de Sión, iniciaron la emigración a Palestina, donde fundaron los primeros asentamientos. También hubo una fuerte colonización judía en Argentina, apoyada por la familia de banqueros Rothschild, pero Palestina era la patria histórica y sobre este territorio se pediría la soberanía. Ésta fue obra principalmente del movimiento sionista político de Theodor Herzl, un periodista austríaco que reaccionó contra el antisemitismo cada vez más evidente en Europa, sobre todo a partir del caso Dreyfus, emprendiendo la defensa de los derechos de sus correligionarios. Impulsado por Herlz, el primer congreso sionista se reunió en Basilea en 1897 y en él se proclamó como principal objetivo crear un hogar en Palestina para el pueblo judío, asegurado por el Derecho Público Internacional. Los congresos sionistas se repitieron en los años siguientes, mientras el movimiento se consolidaba en los países de la Europa central y oriental, donde las masas judías vivían en constante peligro.

Convertido ya en una poderosa organización que se habría de extender por todo el mundo, el sionismo consideraba fundamental el establecimiento de unas bases legales para la colonización de Palestina. Terminada la Primera Guerra Mundial, el movimiento sionista se trasladó a Londres para presionar sobre el gobierno británico a fin de conseguir la cesión de Palestina, en poder entonces de los turcos. El gran logro de la causa tuvo lugar en 1917, cuando el secretario de Asuntos Exteriores británico, Arthur James Balfour, atendiendo a las demandas del líder judío Chaim Weizmann, expuso el deseo de los británicos de apoyar la causa judía en la llamada «declaración de Balfour». En efecto, el Reino Unido, al que la Sociedad de Naciones otorgó en 1922 el mandato sobre Palestina, favoreció el asentamiento de los colonos judíos, aunque protegió a la vez los derechos de los nativos árabes.

A pesar de la actitud propicia de los británicos para el abandono de Tierra Santa, el proceso fue muy accidentado debido a las tensiones entre árabes y judíos, que en 1936, después de numerosos choques, se enfrentaron en su primera guerra. Las propuestas de los británicos de constituir un gobierno mixto árabe-judío fueron rechazadas de plano por los árabes, quienes se opusieron también al intento de partir la zona en dos estados.

En Europa, la subida de los nazis al gobierno en Alemania y la posterior expansión de su poderío durante la Segunda Guerra Mundial aumentaron la persecución antisemita hasta desembocar en el exterminio de 6 millones de judíos. En Palestina los inmigrantes desbordaron todas las fronteras establecidas por los británicos y del movimiento sionista surgieron grupos entregados a la lucha militar clandestina, que realizaron acciones de sabotaje contra la administración británica.

1 2 3 4 5

  • Ir al índice de la sección
  • Volver atrás
  • Ir a la página anterior
  • Ir a la página siguiente


Visita nuestra web dedoclick Cultura educativa

 Menú principal - Índice principal Menú rápido - Índice rápido Contacto Buscar artículos aquí



Logo Asociación Española para la Cultura, el Arte y la Educación ASOCAE Creative Commons © ASOCAE ONGD, Asociación Española para la Cultura, el Arte y la Educación - www.asocae.org - RNA 592727 - CIF.: G70195805 ¦  Quiénes somos  ¦  Contacto  ¦  Bibliografía ¦  Política de privacidad ¦ Esta web NO utiliza cookies, ni guarda datos personales de los usuarios