GEOGRAFÍA - PAÍSES: Egipto - 8ª parte
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Geografía

PAÍSES

Egipto - 8ª parte


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Arquitectura

letra capitular Enel ámbito de las civilizaciones mediterráneas de la Antigüedad, el arte egipcio es el más longevo, dado que se desarrolla en el espacio de treinta siglos de historia.

El elemento unificador del mundo egipcio era la corte del faraón, que afectaba no sólo al aparato civil del Estado, sino también al religioso, el cual se fundamentaba en el principio de la divinidad del soberano, que era considerado un dios viviente. El faraón estaba presente en todas las manifestaciones artísticas, como destinatario o como inspirador.

Al artista se le consideraba un artesano, un ejecutor, pero no un creador. Aprendía su oficio en talleres especializados, donde se le enseñaban las rígidas normas estéticas que debería seguir. Egipto respetaba al artesano y su obra, pero la gloria de sus trabajos correspondía al faraón que los había encargado. Por ello, el arte egipcio es casi anónimo. Gracias a las excavaciones realizadas a partir del descubrimiento de Jean François Champollion, el conocimiento sobre el arte egipcio es bastante extenso. Tras catorce años de estudios sobre las inscripciones de la piedra de Rosetta, se descifró el significado de la primera palabra jeroglífica. En esta piedra está escrito, en tres idiomas --griego, demótico y jeroglífico-- un decreto de Tolomeo V del 196 a C; Champollion logró descifrar el lenguaje jeroglífico gracias al texto griego.

La base ideológica del arte egipcio era la glorificación de los dioses y del rey difunto divinizado. Para ello se levantaron grandiosos templos y suntuosas tumbas decoradas con esculturas, relieves o pinturas. Templos y tumbas son, pues, las principales construcciones, realizadas fundamentalmente en piedra --material capaz de desafiar al paso del tiempo--, a diferencia de la arquitectura de la época predinástica y de las primeras dinastías, que utilizaba cañas, madera o ladrillos de arcilla sin cocer.

El uso de la piedra constituye una de las grandes aportaciones de la arquitectura egipcia. Se trata de un sistema de construcción en el que la piedra era trabajada de forma geométrica. Eran piezas de medidas precisas, que hacían posible construir muros sin salientes y edificios de perfiles rectilíneos; los bloques se ajustaban sin necesidad de argamasa. Otra característica importante es el colosalismo: la edificación resulta desproporcionada en relación con su función, ni el cadáver del faraón requería tal volumen, ni en los templos se congregaba tanta gente como para exigir espacios tan inmensos.

El egipcio vivía preocupado por la presencia de fuerzas sobrenaturales y por el deseo de supervivencia; en consecuencia, el edificio desbordaba la escala humana. Es una arquitectura basada en líneas horizontales y verticales, o, como en el caso de las pirámides, en una ordenación diagonal. Aunque conocían el arco y la bóveda, no los utilizaron. Jugando con el tamaño de las piedras y la disposición diagonal consiguieron alturas hasta entonces desconocidas. Probablemente, las puntas de las pirámides eran doradas señalando el punto de unión entre la Tierra y la acción protectora del dios Sol. En los templos, la cubierta plana supuso la multiplicación de elementos sustentadores y determinó la importancia de las columnas y la alternancia del patio y de la sala hipóstila como bloque columnar. La columna es un elemento estructural y decorativo; en un principio, no eran más que haces de troncos. Más adelante fueron sustituidos por fustes de piedras con una disposición de estrías verticales que recordaban su origen vegetal. Sólo después, con la aparición del fuste liso, se observa un alejamiento de los orígenes. Sin embargo, el recuerdo del árbol perduró en los capiteles, diseñados con hojas de loto (lotiformes), de papiro (papiriformes) o de palma (palmiformes).

Tanto templos como pirámides estaban decorados con relieves, pinturas y escrituras jeroglíficas. Hacia el año 3000 a C, durante la época de unificación del Alto y Bajo Egipto, la tumba de los primeros faraones y de nobles y sacerdotes era la mastaba, la sepultura más antigua. El deseo de grandeza y la acumulación de poder en la persona del faraón dieron como resultado la superposición de mastabas para distinguir la tumba real; surgió así la pirámide escalonada --una escalera hacia el cielo-- como la de Saqqara, construida por Imhotep para el rey Zoser de la III dinastía.

En cuanto a la forma de las pirámides, además de la escalonada cabe señalar la romboidal (dedicada al faraón Snofrú en Dahshur) y la de paredes lisas. Corresponden a estas últimas --en la IV dinastía-- las grandes pirámides de Gizeh (2600-2500 a C). La más impresionante es la de Keops (137 metros) que sobresale al lado de las de Kefrén y Micerinos. Éstas son las construcciones más grandiosas de un complejo que se extendía a lo largo de 150 km. Las pirámides formaban parte de un conjunto funerario que comprendía un templo situado en el lado E de la pirámide y otro más abajo, hacia la orilla del río, unidos por un corredor cubierto y elevado. Alrededor de la pirámide principal, otras más pequeñas servían para la familia y demás dignatarios de la corte. Junto a la pirámide de Kefrén se encuentra la Gran Esfinge de Gizeh, cuyo rostro es un retrato de Kefrén combinado con tres animales.

Gran esfinge de Gizeh
Gran esfinge de Gizeh

El interior de las pirámides era un conjunto de galerías, pozos y cámaras extraordinariamente complicado, a fin de evitar el saqueo de los riquísimos ajuares que allí se guardaban. Durante la XVIII dinastía el centro político estaba en el S, en Tebas, en el valle de los Reyes, donde se construyó un nuevo tipo de tumba excavada en la vertiente de una montaña: el hipogeo, que mantenía la misma disposición laberíntica interior. Se trataba de tumbas decoradas con pinturas, con un valor arqueológico único debido a los ajuares que contienen; el tesoro de Tutankhamón es el más rico de los encontrados.

Fue también la XVIII dinastía la impulsora de la construcción de templos inmensos. El templo no era un lugar para la oración sino la residencia del dios en la Tierra. Los sacerdotes eran los encargados de conservarlo y el resto de la población no tenía acceso a él. El templo era, también, el centro de la economía egipcia, a su lado había almacenes, graneros, locales administrativos, etc. La grandiosidad de estos espacios, que ofrecían un escenario perfecto para las festividades religiosas y políticas, se abría con una avenida, que desembocaba en el templo propiamente dicho, donde se situaban sucesivamente dos hileras de esfinges, el obelisco (conmemorativo de las gestas faraónicas) y los pilonos (torres troncopiramidales). En el interior del templo, un patio --lugar donde se reunía el pueblo-- rodeado de columnas preparaba el acceso a la sala hipóstila (de columnas) que se encontraba recubierta de un techo de madera pintada y a la que ya sólo tenían acceso los sacerdotes; finalmente, la zona noble comprendía las habitaciones de los sacerdotes y la cámara del altar del dios.Hacia el 1500 a C, la reina Hatshepsut ordenó la construcción del primero de estos grandes edificios, el Dayr al-BaharÆî (Luxor), al lado de una colina. La obra constituía una innovación por el hecho de que el recinto estaba excavado en el interior de la montaña. Es el tipo de templo llamado espeos, que repitió más tarde Ramsés II en Abü Simbel. Las dinastías de los Ramsés y los Tutmosis, que impregnaron al pueblo egipcio de un espíritu imperialista, fueron los impulsores de los templos gigantes: Ramsés II acabó el de Luxor, y el de Karnak fue edificado por Tutmosis III como símbolo de sus gestas.

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