ECOLOGÍA - GENERAL: El suelo: La roca madre
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Ecología

GENERAL

El suelo: la roca madre


a parte de la geología que estudia las rocas se denomina litología; su descripción es el objeto de la petrografía. Las rocas son materias minerales que en cantidades considerables forman parte de la corteza terrestre.

En ecología, es de interés el conocimiento sobre la formación de los suelos, en los cuales las rocas juegan un papel muy importante.

La roca madre aporta a los suelos los elementos minerales cuando se produce su disgregación y descomposición
La roca madre aporta a los suelos los elementos minerales cuando se produce su disgregación y descomposición

Morrenas glaciales: Sedimentos de arena, grava y piedras depositados o transportados por los glaciares.
En el artículo sobre la formación y composición del suelo, se verá que la meteorización de la "roca madre", consistente en rocas sedimentarias y morrenas glaciales, constituye el aporte de minerales al suelo, así como un elemento indispensable para su formación, mediante un proceso por el cual las rocas son alteradas mecánicamente por acción de diversos agentes, principalmente atmosféricos, y con el transcurso del tiempo.

La composición de las rocas

Las rocas pueden estar constituidas por partículas minerales agregadas del mismo género, o de distinta estructura cristalina y composición química.

En general, las rocas están formadas por varias especies minerales o rocas compuestas.

Cuando las rocas están formadas por una sola especie mineral se llaman rocas simples. Los minerales que constituyen las rocas se dividen en esenciales, accesorios y secundarios. Los esenciales definen el tipo de roca de que se trata; los accesorios son materias que pueden o no estar presentes; y los secundarios son aquellos minerales que aparecen en escasa cantidad.

La información sobre la petrogénesis de las rocas, se obtiene mayormente atendiendo a la estructura y textura, además de la que complementariamente proporcionan la composición química y mineralógica.

La clasificación de las rocas según su génesis

Según sus orígenes, las rocas se clasifican en sedimentarias, metamórficas e ígneas o magmáticas.

Rocas sedimentarias

Las rocas sedimentarias son aquellas que están compuestas por materias que han sufrido una transformación, y en la que se ha producido depósito y acumulación de minerales disgregados, ya sea por acción del viento, agua o erosión glacial. El efecto de estos elementos, así como la velocidad de deposición o naturaleza de la materia depositada, produce diferencias visibles en las capas por su diferente color o composición (lechos de sedimentos paralelos).

Las rocas sedimentarias pueden tener un origen mecánico (fragmentario) o químico. Las de origen mecánico están compuestas de partículas minerales, fruto de la desintegración por un efecto mecánico de otras rocas, y que posteriormente fueron arrastradas por el agua con toda su integridad química, siendo depositadas en capas. Ejemplo de materiales que tienen este origen mecánico son la arenisca (masas de arena o cuarzo), el esquisto micáceo (mica y arcilla o barro), y el conglomerado (grava litificada).

En las rocas sedimentarias se aprecian los diferentes materiales acumulados en capas a lo largo del tiempo, distinguibles por las diferencias de color y composición
En las rocas sedimentarias se aprecian los diferentes materiales acumulados en capas a lo largo del tiempo, distinguibles por las diferencias de color y composición

Las rocas sedimentarias que tienen origen químico pueden estar compuestos de caliza, consistentes en restos de organismos marinos microscópicos decantados sobre el suelo oceánico; o también depositarse en los lagos o fondos marinos a partir de la roca madre, después de la evaporación y posterior precipitación de las disoluciones salinas. Ejemplo de este caso es el yeso (sulfato de calcio hidratado), la halita (sal gema, o sal común mineralizada) y la anhídrida (sulfato de cal anhidro).

Rocas metamórficas

Las rocas metamórficas son aquellas que han sufrido alteración de su composición y textura original, por efecto del calor, presión y fluidos del interior de la corteza terrestre, formando gneis, cuarcitas, etc. A esta transformación metamórfica se le llama dinamotérmico o regional cuando sucede por la acción de la presión o temperatura; y térmico o de contacto cuando viene influenciado por rocas ígneas (magma).

Según se den circunstancias térmicas o dinamotérmicas, se distinguen varios tipos de rocas metamórficas. El esquisto, por ejemplo, a bajas temperaturas se metamorfiza en pizarra, pero se metamorfiza en filita si queda sometido a temperaturas suficientemente elevadas como para recristalizarse.

Rocas ígneas o magmáticas

Las rocas ígneas o magmáticas, son aquellas que se han formado por enfriamiento y solidificación del magma o materia rocosa fundida, es decir, la materia ígnea y fundida (total o parcialmente) de silicatos y elementos volátiles que se encuentra debajo o en el interior de la corteza terrestre.

Los magmas pueden ser ácidos (con más de un 60 % de anhídrido de silicio) y básicos (con menos cantidad de anhídrido de silicio). Los magmas pueden irrumpir en la corteza terrestre y desparramarse en ésta en forma de lavas o gases (vulcanismo) o consolidarse en su interior (plutonismo).

Cuando el magma asoma a la superficie y se enfría rápidamente, da lugar a la rocas ígneas extrusivas o volcánicas, como los basaltos o las siolitas
Cuando el magma asoma a la superficie y se enfría rápidamente, da lugar a la rocas ígneas extrusivas o volcánicas, como los basaltos o las siolitas

Cuando esta consolidación tiene lugar en profundidad y con enfriamiento lento, se originan las rocas ígneas o plutónicas (por ejemplo granitos, sienitas, dioritas); cuando se verifica en la superficie con enfriamiento y solidificación rápida, se forman las rocas ígneas extrusivas o volcánicas (por ejemplo siolitas, traquitas, basaltos); si se produce en una zona intermedia aprovechando grietas o fracturas aparecen las rocas ígneas filonianas (por ejemplo aplitas, magmáticas, pórfidas). En su mayoría, las rocas ígneas están compuestas por silicatos, por ello se tiende a su clasificación según su contenido en sílice.

Finalmente, se reconoce la roca viva, como aquella que tiene su raíz muy profunda, no tiene mezcla de tierra y no está formada por capas.

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