Ginkgo, mi árbol de la amistad

Mi amigo Javier Casanova y yo, modestia aparte, somos grandes conversadores. Compartimos profesión, esa proximidad nos permite aprovechar los espacios inhábiles para dedicarlos a nuestro pasatiempo favorito: el charlar animadamente de nuestras aficiones o de la actualidad reinante. En una de nuestras últimas conversaciones apareció en escena un árbol tan…

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