LAS COMUNICACIONES COOPERATIVAS EN EL PRÓXIMO MILENIO (ARGENTINA)

Día de emisión…: 24 de julio de 1999.
Valor facial……..: 75 centavos.
Diseñador……….: Ariel Méndez.
Hojas……………..: 20 sellos.
Tirada…………….: 204.000 ejemplares.
Tamaño………….: 44×34 mm vertical.
Impresión……….: Offset a cuatro colores.
Imprenta…………: Letra Viva – Buenos Aires.

El mundo de las telecomunicaciones está en constante transformación, sobre todo en el «Primer Mundo» donde no alcanzamos a tener tiempo para dominar el sucesivo ingenio de los diseñadores del mercado de las telecomunicaciones y el sistema nos endosa el siguiente paso. Donde una avería significa lanzar a la basura el equipo anterior porque cuesta más descubrir el recambio -si lo hay- que hacerse con un nuevo sistema: por algo vivimos en la sociedad de la opulencia. 

Como resultado de ello, determinados sectores y países siempre quedarán relegados en esta desenfrenada carrera de la técnica que, a fuerza de machacarnos, la hacen de uso imprescindible, sin embargo, para algunos pueblos, no deja de ser un costoso medio al que se hace necesario acceder. De esta manera en algunas zonas del mundo, económicamente deprimidas, no sólo se hizo posible llevar la técnica, sino incluso la cultura, el conocimiento, etc.

Este sistema se conoce como cooperativismo solidario o empresas populares, vinieron a subsanar las carencias que los poderes públicos no fueron capaces (o simplemente los políticos de turno miraron para otro lado) de solucionar. De ahí que sea habitual encontrar redes alternativas de teléfonos, emisoras de radio, etc., en algunos de los estados hispanos. Una de esas salidas para el pueblo argentino fue el cooperativismo telefónico que hace una década fue honrado por el correo oficial argentino [allí se ha degenerado tanto el mundo postal que ya hay, que sepamos, tres empresas que emiten sus propios sellos]: el CORREO OFICIAL que corresponde al tradicional y las fuerzas liberalizadoras que en todo el mundo no paran de encarecerlo hasta convertirlo en artículo de lujo, la OCA [hace años le dedicó una preciosa serie al genio de la radio Guillermo Marconi] y la ROWING POSTAL, seguro que alguna más, de los centenares de mensajerías existentes, está lanzando sus respectivas estampillas, ahora quieren competir en el mundo de los filatelistas [nos han visto la cara, saben que somos capaces de comprar cualquier cromo].

Increíble, a pesar de los agoreros, el correo tradicional venía ofreciendo unos servicios bastante buenos por un precio más que competitivo. Se tardaron muchos años en consolidar una estructura universal y, si las cosas no cambian, pronto será un caos a nivel planetario [los filatelistas no ganamos para sustos con algunas de las empresas españolas que, maldita casualidad, cada dos por tres pierden, misteriosamente, las colecciones confiadas a ellos a precios de transporte hasta 10 veces superiores a lo que pagábamos al correo oficial] aunque confiamos que las aguas vuelvan a su cauce cuando ya todo esté desmantelado y las deudas dejadas por los avispados «gestores» sean imposibles de sufragar por sus accionistas.

El sello que hoy traemos es el dedicado a las COOPERATIVAS TELEFÓNICAS ARGENTINAS, este ejemplar viene a honrar al gremio que nació a mediados de 1959 para paliar la falta de servicios telefónicos en la mayoría de provincias del inmenso y hermoso país. Fue tal el éxito alcanzado por las cooperativas que el 25 de julio de 1965 se fundaba la FECOTEL (Federación de Cooperativas de Comunicaciones Limitadas) que agrupa a 256 cooperativas afiliadas, 250.000 usuarios y su campo de acción la totalidad del territorio argentino.

Gracias al destacado papel desempeñado por el sector cooperativo (se encargó de instalar las redes telefónicas en las zonas en donde no lo hizo la vieja empresa estatal) el gobierno les extendió (julio de 1992) las licencias de exclusividad para la explotación de sus redes. FECOTEL organizó un encuentro el 13 de julio (Día Nacional de las Telecomunicaciones) que reunió a las más destacadas personalidades en el mundo de las telecomunicaciones y el desafío que representa para las cooperativas la llegada del nuevo milenio y las nuevas tecnologías.

El sello, donde predomina el color azul, está compuesto por un teclado telefónico, el hilo del mismo y los cables de fibra óptica que nos traen la nueva tecnología digital. Se trata de un sello que viene de primera para ubicarlo en las tecnologías de las comunicaciones de nuestro tiempo, en el cooperativismo como forma de acceder a explotar un servicio que, de otra manera sería de imposible uso, sobre todo en los lugares más deprimidos y con menos recursos del planeta, algo sumamente habitual en el Cono Sur y que parece comienza a extenderse en este mundo globalizado.

La economía global lleva competencia y progreso a las grandes ciudades [es donde se libra la gran batalla por tener el pastel] pero se olvidan de las zonas rurales o de escasa población en donde podemos observar que no tenemos cobertura [con la telefonía móvil actual] o el territorio corresponde a otra operadora y nuestros cacharros son unos simples abalorios, testigos de nuestro tiempo, pero a los que ya no podemos dejar de recurrir en la amorfa y dormida sociedad urbana.

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