LA RADIO EN LA LITERATURA: LAS GRANDES OPERACIONES DEL MOSSAD

“Se puede quitar a un general su ejército, pero no a un hombre su voluntad”
[Confucio]

La presente reseña, una vez más, es fruto de la casualidad, pues no esperas que la radio te aparezca en un libro que trata ese mundo a la sombra de los servicios secretos, aunque los radioescuchas sabemos que siempre se ha utilizado la radio, especialmente durante la guerra fría, para llegar a lugares donde era imposible la comunicación a pesar de algunas futuristas que se nos adelantaban a lo que estaba por venir. Hoy las comunicaciones están totalmente controladas y la radio, con su magia, parece haber sido apartada, aunque basta darse una vuelta por el dial para ver que hay actividad de todo tipo y por lo tanto confiamos que todavía esa parcela dure aunque será víctima de la obsolescencia a medida que los repuestos vayan desapareciendo del mercado y los últimos “manitas” se nos vayan de este mundo.

Pero volvamos al relato que hoy encontré en un libro sobre el mundo secreto, justo después de acabar GUERRAS SUCIAS de Jeremy Scahill [tiene material radial y televisivo para una treintena de páginas y tampoco es cuestión de aburrir al personal, así que el interesado por el mundo de los trabajos de los servicios secretos norteamericanos y sus montajes en Oriente Medio –básicamente- sólo tiene que entretenerse con ese tocho –casi un millar de páginas de abundante y documentado material que no le dejarán indiferente- que puede utilizarse, por su peso, como arma defensiva] le hincaba el diente a este sobre el célebre y escurridizo Mossad.

El excelente trabajo de Michael Bar-Zoher y Nissim Misal nos lleva a algunas de las más nombradas misiones llevadas a cabo por este cuerpo que mantiene la seguridad en Israel. Como muy bien dice la contraportada de LAS GRANDES OPERACIONES DEL MOSSAD, “El libro se convierte en un auténtico manual de historia contemporánea y de ls fuerzas ocultas que mueven el mundo”. Ha estado editado en España por Galaxia Gutenberg/Círculo de Lectores y es de fácil lectura ya que cada capítulo va destinado, esencialmente, a una misión específica y ello le confiere un plus adicional para asimilar operaciones que asombraron al mundo en su momento.

Se trata en suma, de una auténtica obra y contrasta con el maniqueísmo ibérico de tono panfletario o libelo que ensombrecen nuestra perspectiva y empañan nuestra convivencia al querer hacernos creer que nuestra INCIVIL fue realmente una cosa absurda y en la que sólo hubo unos culpables: los vencedores. Conviene leer, documentarse, ver que los hechos que pasaron no son tan fáciles de digerir ni mucho menos de propagar. Por ejemplo, aquí y ahora, se están viviendo, prácticamente calcados los acontecimientos que dieron lugar a la explosión de la república. Vaya que están sacados de manual o bien se siguen al pie de la letra los mismos caminos, las mismas sendas y, por consiguiente, estamos obligados a repetir la historia si nadie lo remedia.

Así que entramos en la radio de esta obra realmente ejemplar, sobre todo, para aquellos que tienen en perspectiva dedicarse a narrar hechos sin tener que obligar al lector a que saque la paja [o sea: es el que lee el que saca sus consecuencias, no el que escribe que manipula al que se adentra]. La obra se editó simultáneamente en una veintena de países y su éxito, en su día, fue de una gran repercusión, algo no frecuente en libros de historia, aunque sea narrada en plan novela por entregas. Basta recoger la prensa del período que se analiza para ver la capacidad de los autores para tratar la información sin que por ello se les tengan que tachar de otra cosa. Ya saben: leer nos hace libres. Como siempre, entre corchetes, la página en donde encontrar la referencia radial transcrita.

“En la radio nacional, el ministro de Defensa iraní aseguró: “Según material recogido por fuentes de los servicios secretos, podemos afirmar que los responsables de estos accidentes han sido agentes norteamericanos, británicos e israelíes.” [30/31]

“La CBS informó de que en realidad las centrifugadores habían sido destruidas por diminutas cargas explosivas colocadas poco antes de la prueba. También aseguraba que el servicio secreto israelí había ayudado a unos agentes norteamericanos a provocar la explosión de Natanz.” [32]

“En enero de 1957, Víctor emigró a Israel, donde el agradecido Amos Manor le ayudó a encontrar trabajo en el Departamento de Europa del Este del Ministerio de Asuntos Exteriores. Poco después fue contratado también como editor y reportero en el departamento polaco de Kol Israel, la red radiofónica de propiedad estatal.” [80]

“Daba la impresión de que el estado de Israel entero permanecía pegado a la radio y seguía con enorme dolor y espanto la terrible historia que iba emergiendo de los testimonios. Y parecía que el mundo judío en su conjunto se identificaba con el fiscal, Gideon Hausner, que se enfrentó al criminal nazi en representación de sus seis millones de víctimas.

El 15 de diciembre de 1961 Eichmann fue sentenciado a muerte. Su apelación fue rechazada por el Tribunal Superior y el presidente Yitzhak Ben-Zvi le negó el perdón. El 31 de mayo de 1962, se informó a Adolf Eichmann de que su final era inminente. En su celda, el condenado escribió algunas cartas a su familia y se bebió media botella de vino tinto del Carmelo.” [115]

“Meir Amit estaba de visita de inspección en el Negev, pero consiguieron localizarlo por radio y lo hicieron volver a Tel-Aviv. A su llegada, supo que se le había nombrado director en funciones del Mossad hasta que un nuevo jefe se hiciera cargo de la organización”. [166]

“Una mañana, Zalman le presentó a otro instructor, Yehuda, que le enseñó a usar un pequeño y sofisticado radiotransmisor y luego le mandó a realizar exámenes físicos y pruebas psicológicas. Tras terminas los exámenes, Zalman le presentó a una joven, Marcelle Cousin”. [175]

“La tapadera de Elie era perfecta y él se identificaba por completo con ese nuevo personaje. Su instructor de radio, Yehuda, había regresado, y le entrenó para realizar transmisiones de radio en código. Al cabo de unas pocas semanas pudo recibir y transmitir entre doce y dieciséis palabras por minuto”. [180]

“-Zelinger, nuestro hombre en Munich, te entregará el transmisor de radio. Cuando llegues a Damasco, un empleado de la corporación de radiodifusión siria se pondrá en contacto contigo.

En Múnich, Zelinger tenía preparado un impresionante equipo de espionaje: hojas de papel en las cuales estaba escrita con tinta invisible la clave para el código de transmisión; libros que servían códigos de transmisión, una máquina de escribir especial, un transistor en el que se había insertado un transmisor, una maquinilla de afeitar eléctrica cuyo cordón podía servir como antena para el transmisor.” [181]

“Un mes después de su llegada a Damasco, Elie recibió la visita de George Salem Seif, que dirigía un programa en Radio Damasco que emitía para los sirios residentes en el extranjero. Era el hombre a quien Zalman había mencionado en la última reunión con Elie en Israel. Seif había “vuelto a Siria un poco antes que Tabet y, debido a su posición, podías proporcionar información a Elie sobre la situación política y militar interna. Seif también le mostró a Elie las directrices secretas del Ministerio de Propaganda, donde se señalaba lo que podía emitirse y lo que debía ocultase al público.” [184]

“Empezó a transmitir mensajes a Israel a diario, a las ocho de la mañana y a veces también por la noche. Sus emisiones se llevaban a cabo bajo una cobertura infalible: su transmisor estaba situado en su villa, muy cerca del cuartel general del ejército, que era fuente de transmisiones sin fin. Nadie podría diferenciar entre las emisiones de Elie y la miríada de mensajes procedentes del centro de comunicaciones del ejército.” [184/185]

“En el espacioso vestíbulo, los directores de Rdio Damasco, patrocinada por el Gobierno, se codean con los jefes del Ministerio de Propaganda. Tabet es ahora uno de ellos: el gobierno le ha pedido que dirija algunas emisiones de radio para comunidades de emigrantes en el extranjero. Tabet tiene otro programa de radio en el que analiza temas políticos y económicos”. [186]

“Elie siguió transmitiendo a Israel informes de carácter militar, nombres y actividades de funcionarios de alto rango, órdenes militares ultrasecretas y otros datos”. [187]

“Elie transmitía cada mañana a Israel sin temor de que lo capturasen, gracias al paraguas protector de las emisiones del ejército sirio desde los cuarteles generales cercanos. Pero en una ocasión, un amigo, el teniendo del ejército Zaher Al-Din, le hizo una visita por sorpresa. Elie consiguió esconder el transmisor, pero en la mesa quedó un fajo de papeles con el código secreto, en forma de cuadrícula llena de letras.

-¿Qué es eso? –quiso saber Zaher.

-Ah, nada, crucigramas –contestó Elie.

Además de las transmisiones y ls cajas de backgammon para sus “amigos argentinos”, Elie estableció una tercera forma de comunicación con Israel: Radio Damasco. Acordó con sus superiores de Tel Aviv un código de palabras y frases que insertaba en sus emisiones radiofónicas y que eran debidamente decodificadas por el Aman”.[187]

“La alarma la había disparado el jefe Tayara, responsable del departamento palestino. Tayara observó que desde el verano de 1964, casi todas las decisiones adoptadas por el gobierno sirio por la tarde (o incluso durante la noche) eran difundidas al día siguiente en los programas en árabe de Kol Israel, la radio patrocinada por el gobierno de dicho país. Además, Israel había hecho públicas algunas decisiones muy secretas que se habían tomado a puerta cerrada. Tayara quedó asombrado por la precisión de los bombardeos israelíes durante el incidente del 13 de noviembre; su conclusión lógica fue que tenían conocimiento exacto del despliegue del ejército sirio en las primeras líneas y sabían con toda exactitud dónde y cómo atacar. Estaba seguro de que Israel tenía un espía en los estratos más altos del gobierno sirio. La información del espía era la que emitía Kol Israel al cabo de sólo unas horas, lo cual significaba que ese espía transmitía sus informes por radiotelegrafía. Pero ¿dónde se encontraba el transmisor?

En otoño de 1964, Tayara y sus colegas hicieron grandes esfuerzos para localizar el transmisor secreto con equipo de origen soviético, pero fracasaron.

Y entonces, en enero de 1965, tuvieron un golpe de suerte.

Un barco soviético descargó en el puerto de Latakia varios contenedores enormes llenos de equipo de comunicaciones nuevo, destinado a sustituir los instrumentos obsoletos del ejército sirio., La actualización del equipo tuvo lugar el 7 de enero de 1965. Para instalas los nuevos dispositivos y comprobarlos, se suspendieron todas las comunicaciones del ejército durante veinticuatro horas.

Al hacerse el silencio en todas las comunicaciones militares del país, un oficial de servicio en un receptor del ejército captó una transmisión muy débil: era la del espía. El oficial descolgó de inmediato el teléfono.

Varias brigadas del Mujabarat equipadas con localizadores soviéticos se pusieron en marcha al instante para situar el origen de la transmisión. Desgraciadamente, ésta se detuvo antes de que la localizaran. Pero los febriles cálculos de los técnicos apuntaban todos en una misma dirección: el hogar de Kamal Amin Tabet.

“Es un error”, decidió un oficial de alto rango del Mujabarat. Era impensable que Tabet, a quien los líderes del Baaz querían nombrar ministro en el siguiente gabinete, pudiera ser un espía. Tabet estaba por encima de toda sospecha.

Pero por la noche, la transmisión volvió a aparecer. El Mujabarat volvió a enviar sus coches y obtuvo una vez más el mismo resultado.

A las ocho de la mañana de un soleado día de enero, cuatro oficiales del Mujabarat irrumpieron en la espléndida casa del barrio de Abu Ramen. Rompieron la puerta de entrada, arrancándola de sus bisagras, y luego se lanzaron hacia el dormitorio con las armas en la mano. El espía estaba allí, pero no dormía. Lo cogieron con las manos en la masa, en plena transmisión”. [191/192]

En Roma, Liron y Redfa decidieron cómo se comunicarían y acordaron que cuando Redfa oyera en Radio Kol Israel en árabe la popular canción árabe Marhabtein Marhabtein, ésa sería la señal para que se pusiera en marcha”. [207]

“Una vez listos para el desembarque, se abrió la puerta de un camarote lateral y salieron tres hombres vestidos de civil. Llevaban la cara oculta por unas kufiyas de cuadros y en sus bolsas impermeables portaban pequeños transmisores-receptores, pasaportes falsos, sus pertenencias personales y revólveres cargados”. [267]

“Alejado de la playa, esperaba un barco lanzamisiles del FDI; Prosper les hizo señales con una linterna y los llamó por radio. Los botes hinchables, tripulados por comandos de la flotilla 13, se pusieron de camino hacia la playa.

De repente, resonaron disparos de armas de fuego muy cerca de Prosper y sus amigos. Todos se pusieron a cubierto, aunque pronto se dieron cuenta de que los disparos no iban dirigidos a ellos. ¿Quién estaría disparando? ¿Habrían detectado los sirios la flotilla de botes? “Problemas en la playa”  transmitió por radio a Israel el jefe naval del comando, Gadi Kroll”. [271]

“Había empezado ya en Israel el Yom Kippur (fiesta de oración, ayuno y contrición). Todo trabajo había cesado, la televisión y la radio no emitían ya y no había ningún coche por las calles. Unidades militares mínimas patrullaban por la frontera del Estado judío”. [279]

“Zeira admitió también, en conversaciones con Zamir, que “no tenía explicación” de por qué un informe de la unidad 848 (la 848 era la instalación de escucha y monitorización del FDI, que más tarde adoptaría el nombre de unidad 8.200) afirmaba que las familias de los consejeros militares rusos en Siria y Egipto estaban abandonando a toda prisa esos países, una señal indudable de la inminencia de la guerra”. [280]

“Los medios de comunicación internacionales estaban desesperados por saber cómo había conseguido el Mossad obtener fotos e incluso vídeos del interior del reactor sirio. La cadena de televisión ABC informó de que o bien Israel había colocado a un agente en el interior del reactor sirio, o bien el Mossad había reclutado a uno de los ingenieros, que les suministró fotos de la instalación”. [353]

“En el almacén escondieron también un transmisor-receptor que estaba en contacto permanente con el cuartel general. Emmanuel Allon, que había participado en muchas operaciones con Shefa, incluyendo el rescate de las vírgenes sirias, recibió una llamada de Jonatan. “Me dijo: Te necesito para algo especial. En esta operación no hay que matar a nadie; se trata de algo especial, algo humano. Sólo de hablar contigo ya me emociono. Quiero establecer un centro turístico en Sudán”. El pueblo estaba abierto al público y sus carteles pronto aparecieron pegados en las paredes de las agencias de viajes europeas”. [395]

Y hasta aquí lo que radialmente hablando dio de sí esta excelente obra que resultará imprescindible para los que quieren saber algo de uno de los rincones más calientes del planeta y nosotros, a pesar de todo, seguiremos soñando con que algún día Kol Israel vuelva al éter, aunque eso, visto lo que ha ido ocurriendo, es precisamente algo que nunca sucederá por la necedad de los que desde la sombra alienan a las masas y las convierten en corderos con un único objetivo: su explotación. La esclavitud de nuestro tiempo la tenemos entre nosotros y muchos creyendo en “mesías” a la espera de la redención sin querer darse cuenta de que están trabajando precisamente en el sentido contrario. La globalización no va precisamente por la libertad, sino por el adocenamiento y los medios de comunicación son precisamente la correa de transmisión de esos poderosos que todo lo controlan, todo lo dirigen. A disfrutar de la lectura y a gozar de la vida mientras esta nos deje un poquito de aliento.

 

¿Te gusta? pincha para compartir en tus redes sociales…

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *