INVENTOS E INVENTORES: Historia de los inventos: El mundo secreto del átomo - 1ª parte
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Inventos e inventores

HISTORIA DE LOS INVENTOS

Fuente: Revista "Sucesos"

El mundo secreto del átomo - 1ª parte


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Introducción

letra capitular Entre el descubrimiento de este elemento y el invento infernal de la bomba atómica media una larga y azarosa hazaña científica.

El primero que habló del átomo fue el griego Demócrito, en el siglo V antes de Cristo. El mundo Antiguo llevaba más de dos mil años oyendo decir a los filósofos que toda la materia del Universo estaba constituida por cuatro elementos primordiales, agua, fuego, tierra y aire, cuando Demócrito enarboló su audaz teoría de que la materia estaba compuesta por pequeñísimos corpúsculos rodeados de espacios vacíos:

“Cuando dividimos un pedazo de madera, sostenía, es lógico admitir que la hoja del cuchillo penetra en los intersticios de la materia. Si hubiera materia sin intersticios, sin vacío entre sus componentes, su resistencia opuesta a la división sería infinita... Cuando se logra por divisiones sucesivas poner al desnudo todos los intersticios de una determinada materia, los fragmentos que restan ya no se dejan dividir más. Estos fragmentos, últimas partículas de la materia son los átomos".

Demócrito describió estas partículas indivisibles (llamadas por eso átomos) como eternas e inmutables. Las propiedades de los diversos cuerpos se deben a la cantidad, tamaño, disposición y forma de los átomos que constituyen su materia. Los átomos de agua serían redondos y lisos; los de los ácidos, puntiagudos y ásperos; duros los pertenecientes a los metales.

Las ideas de Demócrito enardecieron la sangre de los grandes de la época. Platón lo odió de tal manera que ni siquiera citó sus trabajos en los "Diálogos" y quiso que todos los escritos que los contenían fueran quemados para que no los recogiera el torrente de la historia. Aristóteles y Galeno se sumaron a las filas opositoras, y como la filosofía de estos dos maestros proyectó enorme influencia hasta la Edad Media, no es de extrañar que el atomismo de Demócrito haya sufrido un largo eclipse, perdiéndose gran parte de sus ideas. El Renacimiento lo sacó un poco del olvido y ya al despuntar el siglo XIX empezó a marchar por el largo sendero poblado de investigadores y pensadores que lo renovaron y corrigieron hasta llegar al punto en que hoy se encuentran los conocimientos sobre el complejo mundo interior del átomo.

En este extenso, apasionado y atormentado recorrido descuellan, entre otros, los nombres de Dalton, Avogadro, Roentgen, Becquerel, los esposos Curie, Rutherford, Bohr y Planck, para nombrar a algunos y sin olvidar a Einstein y a los más recientes sabios que han llegado a la fabricación de la bomba atómica por medio de la liberación de la energía concentrada en el átomo.

La pista reiniciada

Pese a las iras de Platón y el antagonismo de Galeno y Aristóteles, de la antigüedad griega recibió el mundo moderno el concepto de átomo con sus atributos esenciales de permanencia perpetua en el tiempo y variedad de forma. El irlandés Robert Boyle imaginó, siguiendo a Demócrito, la existencia en los átomos de puntas, rastrillos, corchetes o ramificaciones que son característicos para cada materia y que se ajustan, como la llave a una cerradura, a los rastrillos, puntas, corchetes o ramificaciones de los átomos de otras materias o entre ellos mismos. Se explicaban así fenómenos como la cohesión de la materia, la cristalización y la combinación de unos elementos con otros.

Sería injusto decir sólo esto de Boyle, entusiasta fundador de la Real Sociedad para el Progreso de la Ciencia Natural, observador extraordinariamente concienzudo y bien dotado, de esos que "huelen la verdad". Fue él quien, definitivamente, respondió la interrogante acerca de qué está hecho el mundo, que preocupaba a los pensadores del siglo XVII, ya liberados de la teoría de los cuatro elementos, aire, agua, tierra y fuego, sustentada por los griegos clásicos.

JOHN DALTON. Sentó las bases del atomismo moderno. Hijo de un tejedor, tuvo una vida oscura en su niñez. Describió la incapacidad de la visión para identificar colores, fenómeno conocido como “daltonismo”.
JOHN DALTON. Sentó las bases del atomismo moderno. Hijo de un tejedor, tuvo una vida oscura en su niñez. Describió la incapacidad de la visión para identificar colores, fenómeno conocido como “daltonismo”.

La respuesta de Boyle fue que si se divide algo en pedazos y se lo analiza hasta los últimos límites, se encontrará que está hecho de uno o más elementos y que cuando se llega a esos elementos, ellos permanecen siempre los mismos y no se convierten en otros. Percibió la diferencia entre las sustancias elementales y las compuestas.

En su época se pudieron clasificar unas dos docenas de elementos componentes de la materia. Hoy llegan al ciento. Sin embargo, la definición de Boyle para un elemento, señalando que es "una sustancia incapaz de descomposición", no se ha modificado hasta nuestros días. Sea esto señalado en su gloria y homenaje. Pero para los efectos de esta crónica, lo inherente es su concepto respecto a cómo, por medio de ganchos, corchetes o puntas, se cohesionan los átomos para combinarse en moléculas de una determinada materia.

JEAN PERRIN. Su nombre está ligado a la conquista del átomo. En 1926 obtuvo el premio Nobel de Física. Perrin fue un pacifista.
JEAN PERRIN. Su nombre está ligado a la conquista del átomo. En 1926 obtuvo el premio Nobel de Física. Perrin fue un pacifista.

Newton, después que se le cayó la manzana, aportó una nueva explicación sobre la cohesión de las partículas: no se trata del enlace mecánico de unas figuras con otras, sino de una fuerza intermolecular, semejante a la fuerza de gravedad, que produce la atracción entre las moléculas. Los átomos no tienen ganchos, ni puntas, ni corchetes.

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