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Los efectos derivados de la cautividad

ncluso en los zoológicos mejor planificados se lucha constantemente contra los efectos derivados de la cautividad. Numerosos factores afectan a la vida de esos animales, siempre con origen en la falta de libertad. Tanto si los animales provienen del estado salvaje, como de nacimientos en cautividad, sufren una serie de trastornos que son familiares al propio hombre, tales como estrés, tristeza, inapetencia, claustrofobia...

Estas patologías se englobarían en una enfermedad denominada zoocosis, cuyas manifestaciones más comunes son: movimientos repetitivos e incluso antinaturales, tales como caminar constantemente en el interior de la jaula o en círculos; sacudir la cabeza incesantemente o doblar el cuello de forma extraña e inhabitual; golpearse la cabeza; morderse patas y cola hasta el extremo de producirse mutilaciones; morder los barrotes de la jaula; y otros muchas, sin dejar de nombrar la anorexia sufrida por determinadas especies de reptiles, como iguanas o camaleones.

Estrés, tristeza, inapetencia, claustrofobia..., son algunos de los trastornos que sufren los animales criados o nacidos en cautividad

Otras secuelas de la cautividad afectan al terreno sexual, resultado del profundo aburrimiento que se manifiesta en las condiciones ambientales y de espacio de muchos zoológicos. Los animales que se encuentran en estas situaciones llegan a sufrir diferentes patologías sexuales: atrofia sexual, hipersexualidad, tendencias homosexuales, masturbación obsesiva, e incluso más crueles como las sucedidas con los tigres y otros felinos, que castigan sus genitales con las garras hasta producirse desgarros.

Las dificultades de reinserción en la naturaleza salvaje

Por su parte, el intentar criar en cautividad especies amenazadas para después introducirlas en su hábitat natural se ha demostrado fallido en muchas ocasiones, y sólo en casos puntuales de animales accidentados en su propio ambiente, y recuperados tras un corto periodo de atención y cuidados, han sido devueltos con éxito a la naturaleza. Los motivos del fracaso se encuentran en la pérdida de características salvajes que la mayoría de los animales manifiestan si se les recluye en un entorno artificial.

Los animales salvajes convertidos en cautivos pierden progresivamente el instinto para procurarse el propio sustento

Los animales salvajes convertidos en cautivos pierden progresivamente el instinto para procurarse el propio sustento, es decir, al devolverles a su entorno natural no dispondrán de la misma habilidad de cazar que cuando se desarrollaba en él libremente. Pero también perderán otras características imprescindibles para sobrevivir en libertad, como las técnicas para defenderse y atacar, señalar o marcar sus territorios, construir el hogar, reconocer las jerarquías de otras especies gregarias que comparten el hábitat o, simplemente, mostrar con normalidad el instinto de cortejo del otro sexo y el apareamiento.

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