DESCUBRIENDO RUMANIA: MOLDAVIA

Cuatro han sido los sellos dedicados a Moldavia, uno de los principados históricos de Rumania, que comenzaron a circular el 8 de septiembre de 2015 [no debemos confundir esta región con la República de Moldavia que, hasta la caída de la URSS, formaba parte del imperio soviético y actualmente es un país independiente fronterizo con la región moldava rumana]. Curiosamente suele ser una zona poco conocida por el turismo internacional, los que se atreven a salir de los circuitos tradicionales acaban llevándose una agradable sorpresa, gracias a lo que la región ofrece al visitante, encontramos gente sumamente agradable y accesible.

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Posiblemente, la ciudad más conocida de esta región, sea la universitaria IASI que, por sí sola, ya ofrece suficientes alicientes como para querer desear quedarse un buen tiempo; por algo es la segunda ciudad más importante de Rumania. Fue fundada en el XIV y en 1565 se convertía en la capital de Moldavia; los judíos llegaron en el XVII y elevaron la categoría de la ciudad con su trabajo y erudición. De aquí salieron algunos de los más grandes literatos rumanos, entre los que destacan Vasile Pogor, Ion Creanga o Mihai Eminescu, todos mantuvieron una estrecha relación con la ciudad que alumbró la primera universidad del país en 1862 y todavía se mantiene en pie. No vamos a extendernos con los múltiples atractivos de la vieja y hermosa IASI donde, el visitante, encontrará abundantes ofertas y puntos de interés que le acabarán dejando un agradable sabor de boca; nos centraremos en los cuatro motivos filatelizados para no hacer excesivamente larga esta nueva entrega de Descubriendo Rumania.

El facial de 3.30 Lei nos lleva hasta el Museo de Arte y Cultura de Piatra Neamt; la tercera ciudad de Moldavia, se ubica a casi medio centenar de kilómetros de Targu Neamt. Innumerables edificios históricos nos acercan a su rico acervo cultural y arquitectónico y nos hablan, al mismo tiempo, de un esplendoroso pasado, cuando Esteban el Grande fundó la corte real. El sello nos ofrece la fachada del Museo que alberga arte clásico, moderno, abstracto, esculturas, tapices y un pequeño museo etnográfico donde encontramos la más importante colección de utensilios de la etapa del neolítico, como muestra, una pieza de cerámica en el lado izquierdo del sello, procede de Cucuteni donde se dio una de las más espectaculares civilizaciones prehistóricas de toda Europa.

El facial de 3.60 Lei está dedicado a uno de los más grandes y conocidos monarcas rumanos: Esteban el Grande, posiblemente el personaje más recordado a lo largo y ancho de todo el territorio rumano, infinidad de calles, plazas, edificios o estatuas nos llevan hasta su reinado de casi medio siglo entre 1457-1504; derrotó a los ejércitos polacos o húngaros y protagonizó una gran resistencia ante los constantes acosos de las hordas otomanas. El papa Sixto IV le concedió el título de Campeón de Cristo por su acerada defensa de los valores cristianos, aunque los chascarrillos de los guías [parece que esa es una constante histórica en todo tiempo y lugar, los incultos y cobardes, ninguneando a los personajes desde la perspectiva de nuestro tiempo, algo que los historiadores nunca deberían realizar] suelen “rebajar” su legado histórico porque, dicen, tuvo infinidad de hijos ilegítimos pero, a pesar de ello, fue canonizado por la Iglesia Ortodoxa y su obra quedó enmarcada en la historia de la región con letras de oro. Sólo conoció dos derrotas y logró 34 victorias en el campo de batalla; construyó casi medio centenar de iglesias y monasterios y, sin su enconada defensa, la Europa que hoy conocemos, sería totalmente distinta. Estos pueblos de frontera libraron épicos enfrentamientos ante los ejércitos invasores que les llegaban de Oriente y esos episodios, a pesar de los medios, se dieron en varias ocasiones a lo largo de la historia.

La escultura de Esteban el Grande va acompañada de la Fortaleza de Neamt que se levantó en el XIV por Pedro I y la fortificaría nuestro personaje a comienzos del XV dentro de un gran programa que impulsó las fortificaciones en todo el territorio moldavo para tratar de repeler a los invasores de su tiempo. Fue protagonista del asedio de 1476, que realizó Mehmet II, tras las batalla de Valea Alba-Razboieni; se localiza en la zona más alta de Culmea Plesului y desde ella se podía vigilar Moldavia, los valles de Siret y las rutas que conducían a Transilvania.

El facial de 6 Lei está dedicado a la Iglesia de San Nicolás de Iasi que durante algún tiempo (1677-1682) fue la Catedral Metropolitana. En la actualidad, en su fastuoso bulevar, encontramos la mayoría de las iglesias, monasterios y catedrales, no sólo ortodoxos, sino católicos o lipovenos. En el lado izquierdo de la estampilla vemos la escultura dedicada al metropolitano Dosoftei [Dimitre Barila] que fue uno de los hombres más significativos en la vida cultural de la urbe, reconoció el poder de la palabra escrita y trajo la imprenta que se instaló en 1680 en el monasterio, dio lugar a uno de los libros más famosos en lengua rumana, El Santoral (1682-1686) que se redactó y publicó en cuatro volúmenes. Incluía infinidad de  referencias de la vida de los ascetas en los monasterios de toda Moldavia. Él fue el primer traductor de la Liturgia [Libro ortodoxo y cancionero semanal] que eran piezas de uso cotidiano y acabó renunciando al uso del griego y la lengua eslavónica en los ritos litúrgicos.

Finalmente tenemos el sello de 9.10 Lei que nos transporta al XIX cuando los principados rumanos firman la UNIÓN (1859) y la capital se traslada a Bucarest. El timbre nos muestra otro de los grandes hombres de la historia rumana Alexandru Ioan Cuza [Barlad-Moldavia, 1820] que había recibido una educación netamente europea. Fue oficial del ejército moldavo en donde alcanzó el grado de coronel. El 5 de enero de 1859 fue elegido máximo representante de Moldavia y el 24 de enero siguiente lo sería de Valaquia que, a la postre, acabarían conformando la unión que en 1862 da vida al estado rumano. La presencia de este personaje significó un importante progreso social y económico; adquirió por subasta, al Banco de Moldavia, el Palacio de la Ruginosa que acabaría siendo totalmente reformado y convertido en residencia de verano; fue inaugurado durante la Semana Santa de 1864 por el propio príncipe Cuza que se alojaría en él prácticamente durante todo el mes de septiembre siguiente.

Todos los sellos se complementan con el escudo moldavo que se basa en el célebre bisonte que desde tiempo inmemorial forma parte de la iconografía faunística de la región. En 1999 se creó el Vanatori Neamt Nature Park donde esta especie todavía es posible observarla en estado salvaje. La emisión se realizó en hojitas bloque, minihojitas de 5+1 viñeta y pliegos de 32 efectos diseñados por Mihai Vamasescu

 

JUAN FRANCO CRESPO

lacandon999@yahoo.es

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