COSMOS: Planetas: Satélites y otros cuerpos planetarios - 2ª parte
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Cosmos

PLANETAS

Satélites y otros cuerpos planetarios - 2ª parte


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Los satélites (continuación)

El satélite terrestre: la Luna (continuación)

Características (continuación)

racias a las muestras recogidas por las expediciones humanas a la luna, se sabe que en la composición química de las rocas lunares hay, según orden descendente de cantidad: óxidos de silicio, hierro, aluminio, calcio y magnesio.

También se encontraron trazas de otros minerales, como sodio, potasio, manganeso, cobalto y circonio. Las rocas, en su mayoría (más del 90%), son de tipo basáltico.


Distintas rocas lunares

La Luna posee atmósfera, pero es muy tenue, alrededor de mil veces menor que la terrestre, lo que impide retener el calor solar. Eso, junto con la ausencia de agua, es el motivo de las extremas variaciones térmicas en la superficie: 120º C en donde le llega los rayos solares, y -150º C en las zonas oscuras.

La Luna tiene un movimiento de traslación alrededor de la Tierra, y asociado a ésta otro de traslación alrededor del Sol. El motivo de que siempre muestre la misma cara, es debido a que tarda lo mismo en dar una vuelta completa a la Tierra, que en hacer una rotación completa sobre sí misma, exactamente 27,322 días. A pesar de ello, las vibraciones que sufre facilitan que pueda ser observada hasta un 59% de la superficie total.

La órbita lunar no es totalmente circular, presenta una ligera forma elíptica. El ángulo medio con la eclíptica es de 5º y 9'. Al variar las posiciones relativas de la Tierra, el Sol y la Luna, originan que ésta presente fases vista desde la Tierra. Así, cuando la luna está situada entre el Sol y la Tierra, la cara que está orientada hacia nosotros no recibe luz solar, permaneciendo no visible: esta es la fase de Luna nueva. A partir de aquí, en los días siguientes, la Luna se va haciendo visible hasta llegar al cuarto creciente (se observa la mitad del disco), formando una D en el hemisferio sur y una D invertida en el hemisferio norte. En los días sucesivos al cuarto creciente la Luna continúa aumentando su superficie visible, hasta el momento en que la Tierra se sitúa entre la Luna y el Sol, pudiendo entonces ser observado el disco en su totalidad: esta es la fase de Luna llena.

Después de la Luna llena, el disco lunar comienza a disminuir por el lado contrario. En el cuarto menguante la forma de D se verá en el hemisferio Norte, y de D invertida en el hemisferio sur. Desde ahí continuará disminuyendo su visibilidad hasta llegar de nuevo a la luna nueva, comenzando así un nuevo ciclo.

Exploración

La Luna pudo ser observada y estudiada de cerca a partir de 1958, con el envío de astronaves que pudieron fotografiarla y realizar mediciones.

Desde 1959, los satélites soviéticos Luna II y Luna III, transmitieron las primeras fotografías de la cara oculta, y desde ese momento tanto los Estados Unidos de América, como la antigua U.R.S.S. centraron sus programas espaciales en nuestro satélite.

Imagen de la superficie de la Luna obtenida durante una de las expediciones tripuladas.
Imagen de la superficie de la Luna obtenida durante una de las expediciones tripuladas. Foto: NASA

Fue un periodo prolífico, pues numerosas naves fueron lanzadas con rumbo a la Luna equipadas con diversos instrumentos científicos, para estudiar su composición, superficie y campo gravitacional, entre otras variadas mediciones. Los primeros análisis químicos de la materia lunar fue llevada a cabo en 1967 por la Surveyor. Con la gran cantidad de datos obtenidos se pudo tener un amplio conocimiento del aspecto que presentaba la cara oculta de la Luna, así como de la superficie en general.

La aventura más impresionante de nuestra era contemporánea fue llevada a cabo el 16 de julio de 1969, cuando los astronautas Armstrong y Aldrin viajaron a la Luna y pisaron la superficie. La visión que obtuvieron en un primer momento del terreno de la Luna fue la de una completa desolación. Entre 1969 y 1972 hasta doce astronautas, en seis expediciones, tocaron la superficie de la Luna, y a partir de entonces se continúo la investigación incluso con otros programas espaciales no tripulados: Apolo, Luna, Surveyor y Zond.

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