ANTÁRTIDA - CIENCIAS: Investigación: El Año Geofísico Internacional (AGI)
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Antártida

CIENCIAS - INVESTIGACIÓN

El Año Geofísico Internacional (AGI)


letra capitular En 1957-58 se celebró el evento que cambiaría la Antártida para siempre. Hasta entonces las exploraciones se habían realizado en base a variadas razones, organizadas por naciones de forma individual, o bajo pequeños grupos de ellas con intereses comunes. El Año Geofísico Internacional (AGI) era diferente; se trataba de un estudio global de la Atmósfera y la superficie terrestre. Doce naciones se unieron en aquel proyecto en el que de manera coordinada, y solo por interés científico, desarrollaron programas entre los que se incluían geofísica, geomagnetismo, glaciología, Atmósfera superior y meteorología. Para llevarla a cabo se establecieron muchas estaciones científicas a lo largo de todo el año en el Continente Antártico.

El AGI era un verdadero éxito y un ejemplo de cooperación internacional en materia científica, incluso en el apogeo de la guerra fría no se interfirió ni existieron barreras nacionales para el desarrollo de los programas conjuntos. Aquel clima que se formó a pesar de las circunstancias políticas internacionales del momento, se ha reforzado y se mantiene hoy día.

Las doce naciones protagonistas del AGI incluían las siete que reclamaban soberanía en el continente (Argentina, Australia, Chile, Francia, Nueva Zelanda, Noruega y Reino Unido) y otras cinco que no presentaron demanda alguna (Japón, Estados Unidos, Unión Soviética, Sudáfrica y Bélgica); véase el artículo Historia política y reivindicaciones. Se estuvo de acuerdo en continuar la cooperación del AGI más allá de los doce meses, y de esta forma nació el Comité Especial de Investigación Antártica (SCAR), que puede definirse como uno de los comités más activos desde su constitución jamás formados, y que actualmente sigue vigente.

En abril de 1958 los Estados Unidos sugirieron que, en base al éxito del AGI, se formulara algún tipo de acuerdo en el cual se preservase a la Antártida para la ciencia y propósitos pacíficos; así nació el Tratado Antártico que cobró toda su fuerza en 1961. Este tratado paralizaba todas las demandas territoriales y negaba otras nuevas, aunque no suponía debilitar las existentes, pero tampoco fortalecerlas. El tratado reflejaba en su texto la cooperación científica mantenida durante el AGI, pero a diferencia de las actividades realizadas durante su vigencia (muy corta en el tiempo) este documento no era estático, sino que fue evolucionando continuamente. Varios acuerdos y convenciones han nacido tras su entrada en vigor, constituyendo lo que se dio en llamar "El sistema del Tratado Antártico". Además del propio tratado se realizaron convenciones sobre "Conservación de la flora y fauna antárticas", "Conservación de focas antárticas", así como dos convenciones mayores que por su importancia requieren de estructuras propias como son: la "Convención sobre conservación de recursos marinos antárticos vivos (CCAMLR)", que tiene su propias reuniones anuales y oficina principal permanente en Hobart (Tasmania) y el "Protocolo al Tratado Antártico sobre protección del medio ambiente" (conocido como Protocolo de Madrid).

En ocasiones se integra el Comité Especial de Investigación Antártica (SCAR) en el Sistema del Tratado Antártico, pero en realidad se trata de un organismo independiente, miembro del Consejo Internacional de Uniones Científicas (ICSU), cuya función principal es proveer consejo científico e independiente al margen de cualquier influencia nacional. Esta institución fue clave en la preparación del Tratado Antártico y su posterior rodaje; su carácter internacional, interdisciplinar y apolítica le permitían una independencia admirable, esa capacidad de decisión independiente exclusivamente en materias científicas, permitió que numerosas de sus recomendaciones fueran incorporadas a los tratados, además de ser un asesor permanente en múltiples materias dentro del Sistema del Tratado Antártico.

Con el establecimiento del AGI y el Tratado Antártico, las actividades científicas en la Antártida tuvieron una gran expansión y mayor coordinación internacional. Año tras año evolucionan y nos permite tener una esperanza de que finalmente, ese continente llegue a ser una verdadera reserva mundial para la ciencia.

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