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Familia: Solanáceas
Nombre científico: Solanum tuberosum (patata blanca)
Origen/distribución: Cordillera andina, en especial de Perú y Chile.

Reproducción y cultivo

omo ya se dijo, la patata produce un pequeño fruto con semillas, pero éstas no se utilizan para la reproducción, en su lugar se plantan los tubérculos enteros ya germinados (con ojos o yemas) o, si son grandes y tienen más de una yema, cortándolas (separándolas del tubérculo en rebanadas) para plantarlas en forma individual; cada yema dará lugar a una nueva planta.

La patata requiere un suelo más bien ácido, ligero, bien trabajado profundamente, muy rico en materia orgánica (hay que añadir estiércol bien descompuesto). La plantación se realiza en caballones, colocando los tubérculos (o pedazos con su yema) con la yema hacia arriba, dejando unos 30 cm. de separación entre ellos.

Hoja y flor de la patata

Se pueden obtener tres cosechas al año de patatas. Las llamadas tempranas se siembran en abril, o incluso antes dependiendo de lo riguroso que sea el invierno, para recolectar en junio; las semitardías se siembran en mayo para recolectar en septiembre; y las tardías se siembran en junio para recolectar a finales de septiembre o principios de octubre.

Cuando aparecen las primeras hojas hay que aporcar (cubrir el cuello de la planta con tierra). Otra labor importante que se realiza más tarde es la cava alrededor de los surcos (cuidando de no profundizar para no tocar el tallo o la raíz), con objeto de aligerar y oxigenar la tierra. Requiere riegos al principio, espaciando éstos hasta suprimirlos por completo.

Algunas variedades de patata (ilustración Wikimedia Commons)

Recolección

Las patatas se recolectan cuando comienzan a secarse las hojas y tallos. Es conveniente excavarlas con tiempo y terreno seco, en caso contrario una vez recogidas deben airearse hasta que sequen antes de almacenarlas. Las tardías y semitardías suelen ser las que se conservan por más tiempo para el consumo; que se realizará en lugares secos, ventilados y siempre oscuros. Si se almacenan para semilla hay que procurar no amontonarlas, dejando sólo una capa de ellas por cada cajón, cuidando de que los ojos queden hacia arriba.

Plagas y enfermedades

A la patata le afecta especialmente el mildíu en aquellas zonas húmedas. Es una enfermedad fúngica que pudre toda la planta, desde las hojas y tallos pasando por las raíces, y culminando con los tubérculos. El mildíu se manifiesta con manchas negras en las hojas y más tarde un polvillo blanco; se previene aplicando caldo bordelés por ambas caras de las hojas, pero si aparece no hay más remedio que quemar las plantas infectadas para evitar su propagación a otras sanas.

Otra enfermedad fúngica no tan importante es el negrón, que en último término también puede concluir con la putrefacción, no a causa del propio hongo, pero sí por las diversas bacterias que pueden penetrar en la planta a través de las lesiones que causa. También pueden ser infectadas por determinados virus que producen daños en las hojas. Finalmente, una plaga de insectos muy destructiva para estas plantas es, entre otras de menor entidad, el escarabajo de la patata, que ataca las hojas e impide que la planta desarrolle con eficacia la fotosíntesis; se combate mediante insecticidas.

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